Si me dijeran que hiciera una reseña de la saga de Star Wars capítulos 4, 5 y 6, diría que me podría demorar mucho, pero si me pidieran que hiciera lo mismo con los episodios 1, 2 y 3 la cosa sería distinta...acabo de ver La venganza de los Sith (aunque debería ser de los Shit!), y honestamente la calidad del guión me permite resumir cada uno de estos tres mega-huesos en pocas palabras.
Episodio 1 (La amenaza Fantasma): Dos caballeros Jedis encuentran a un niño insufrible que gusta de diseñar robots con más facilidad que un ingeniero de la Nasa. El niño conoce a una princesa mayor que él y ella no le para ni cinco de bolas, al final todos ganan en una pelea contra unos robots a los que se les acaban las pilas en el momento oportuno. FIN
Episodio 2 (El Ataque de los Clones): El niño cargante ha crecido y ahora es un Jedi insoportable y pésimo actor, la princesa curiosamente no ha envejecido y el joven ya la iguala en edad, se enamoran en la quizás sea la más rosa y cursi relación en la historia del cine. Aparecen unos clones que serían de mucha utilidad para cualquier guerra que armen los EEUU en países del medio oriente. De nuevo todos ganan en una pelea espectacular y los dos tórtolos se casan con padrinos robots y todo. FIN
Episodio 3 (La Venganza de los Sith): Lord Sidius (o más bien insidius) mete cizaña al ya maduro y aún más impotable Jedi y lo seduce cual viejo cacorro para que mate a sus panas, por otra parte la princesa que curiosamente se ve más joven que su esposo espera gemelos y no cuenta con apoyo de ICBF para demandar al padre por maltrato y abandono de hogar. El Jedi queda como una chuleta y lo arreglan poniéndole una armadura (cosa que nos evita seguir soportando la cara postiza del pésimo actor). POR FIN
Cabe anotar que estos tres soporíferos de dos horas y media cada uno deben verse a espacios de varios años, con expectativas falsas y sin esperanzas de que mejoren los guiones. Quienes hemos tenido que soportar estas recientes pendejadas de Lucas añoramos con nostalgia las tres partes originales y nos preguntamos como es posible que sea este el mismo director que nos entregara hace décadas al mejor villano de la historia del cine...
Pero esta es tan solo la punta del iceberg, no se hasta que punto los espectadores se estén dando cuenta de que hemos ido perdiendo a aquellos portentos del cine que otrora nos maravillaron con propuestas innovadoras. Por esta línea de la tontería está cayendo desde hace rato el mejor amigo de Lucas, Spielberg...
No entiendo en donde quedó ese estilo para jugar con el espectador, la picardía y la singularidad de las historias narradas. Cuando anunciaron “La guerra de los mundos” y vi esos estupendos avances que remitían fielmente al libro original de H. G. Wells, pensé que el viejo Steven iba a volver por sus fueros luego de hacernos padecer esas descartables y patéticas: Jurasic Park 2, Minority report, I. A, Agárrame si puedes y Terminal. Pero no, parece que a él se le secó el cerebro como a Lucas y no sólo nos presentó una película infestada de lugares comunes sino que de paso se tiró el libro.
Otro que anda igual de perdido es ese otrora brillante Martin Scorcesse, tal vez se le puede achacar su fracaso a que anda en ya bastante sospechosas intimidades con Dicaprio, pero aún podemos darle una espera a este monstruo si se sacude de una vez a la loca esa y nos vuelve a regalar sus ya conocidas joyas gansteriles.
Oliver Stone, que se le metió en la cabeza la absurda idea de camellarle al ya trajinado y aburridor género épico con propuestas ligeras que nos hacen añorar su obsesión por los 60’s y que debería volver a retomar si es que no quiere salir de la historia del cine por la puerta de atrás.
En términos generales se puede decir que los grandes directores que nos emocionaron en la juventud nos desilusionan ahora en nuestra madurez, quizás influya en ellos la edad, o la gente con la que se juntan, pero en últimas no se les puede perdonar el hecho de que hayan perdido su talento para contar historias, eso se lo podemos pasar a novicios como los Wachowsky que triunfaron con una película y se les fueron las luces...pero con duros como los citados hay que ser inevitablemente severos y críticos.
Me quedo pues con aquellos directores que han muerto o que envejecen sin menguar en un solo momento su capacidad e inteligencia y que aún hoy tienen a su haber una galería muy notable y brillante de películas de las cuales cuesta mucho trabajo escoger la mejor, genios como Hitchcock, Kubrik, Welles, Kurosawa, Trufautt, Buñuel, Coppola (bueno, exceptuando Jack), Polansky, Gutierrez Alea, Hertzog, Ozon, Wenders, Linch y un largo etcétera.
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