Sunday, October 16, 2005

Mishima

Día 16 de Octubre de 2005

El Doc anda depre por su suerte laboral, así que sus textos se acercan algo a sus sentimientos, las distancias entre una y otra identidad se diluyen y se conforma un único ente solidario con el dolor.

El siguiente es un fragmento del libro “Nieve de primavera” del escritor japonés Yukio Mishima y lo trascribo aquí nuevamente porque se me da la real gana:

“Su mirada fue atraída por el lomo brillante de un escarabajo, que había estado inmóvil en el alféizar y ahora avanzaba decidido a entrar en la habitación. Dos franjas rojizas recorrían a lo largo su concha ovalada verde y oro. Movía sus antenas con cautela al avanzar, y todo su aspecto recordaba a Kiyoaki las minúsculas maravillas de un joyero. En medio del remolino destructor del tiempo, qué absurdo era que tan insignificante animalillo tuviera que resistir por sí mismo en su inseguro mundo, cualquiera que fuese, lo único importante es irradiar belleza. Supongamos que él estaba calculando en semejantes términos su propia armadura protectora frente al mundo. Estéticamente, ¿era tan bello como aquel escarabajo? ¿Y lo bastante fuerte para confiar en una defensa tan buena como el caparazón del escarabajo?

En aquel momento, casi se sintió persuadido de que todo lo que le rodeaba (los árboles, sus hojas, el cielo azul, las nubes, los tejados) estaba allí simplemente para servir al escarabajo, que en sí mismo era eje y núcleo central del Universo”

Nunca como hoy he querido ser un escarabajo...

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