Sunday, October 30, 2005

Alien

Día 30 de Octubre de 2005
El siguiente texto lo tenía refundido hace años y lo escribí cuando estrenaron Alien Resurrection de Jean Pierre Jeunet. Lo pongo aquí entre otras cosas porque con este guayabo tan HP no tengo de qué hablar.

De Scott a Jeunet
"Cuando la puerta se cerró, y apagué la luz, no pude vencer el instinto de mirar bajo la cama..."

El hombre ha buscado incansablemente la raíz de sus miedos mas primitivos, su afán por mantener esa sensación viva trasciende así toda barrera temporal y física. Ante la imponencia tecnológica en sutil decadencia que Alien presenta en el ya lejano 79, era de esperar que el hombre conservado en animación suspendida, tranquilizado por la seguridad fruto de una farragosa era espacial previa y satisfecho por su dominio de la vida artificial, debía enfrentar algo que verdaderamente le devolviera ese pánico perdido hacia la "controlable" muerte física. El miedo había escapado del contexto del hombre, el miedo a morir debía ser buscado y encontrado lejos, muy lejos de casa.

El tedio de la "vida prolongada" para los viajes interespaciales, el tedio de la soledad virtual del hombre en un siglo XXI donde había sido explorada hasta la saciedad la ultima estrella de la constelación más distante se acercaba a su fin. Cuando el aparatoso carguero "Nostromo" surca el espacio en los primeros minutos del film, y los personajes recobran la conciencia dormida por décadas se anticipa ya un cambio definitivo en la historia de la humanidad, desde ese momento ínfimo para el intríngulis universal, queda definido el futuro de toda la raza humana, el reencuentro con el terror perdido, el regreso hasta los bordes mismos de la muerte que paciente había esperado a la humanidad esquiva.

Poco importan los orígenes del símbolo nuevo del miedo, importa el miedo mismo, y la absoluta omnipotencia en que se manifiesta. El decimonónico ser despertado por la curiosidad humana cumple a cabalidad su tarea de devolver aquel sentimiento que se creía perdido, cumple la función de demostrar del modo más brutal posible lo que el hombre anhelaba en lo más profundo de su alma...no estar solo en el universo, ser una especie depredadora más en un eterno espacio lleno de depredadores mucho más poderosos, con una filogenia claramente establecida para cumplir el fin último de lo vivo..la muerte.

Alex Ripley deberá soportar sobre sus hombros la carga que conlleva el ser una anormal criatura inmortal, frente a ella sus compañeros gozarán de ese regalo otorgado por la Corporación a quienes le han sido fiel, morir definitivamente.
Ella sobrevivirá paradójicamente incluso a los detestablemente adaptados androides que no dudarán en enloquecer o dar su "vida" por los humanos, será la superviviente desde todos los puntos de vista posibles, desde ser la victima, la cazadora, la destructora y la gestora de sus inmundos e inseparables antagonistas que repetirán su faena como si de una pesadilla
repetitiva se tratara.

El advenimiento del miedo tiene dos fases claramente determinadas, una de "tímida aparición", donde el miedo simbolizado en el monstruo es mucho más íntimo, donde cada personaje llegará irremediablemente a su muerte con la plena conciencia de ser ejecutado por sus propios temores, y una segunda fase donde la destrucción masiva de parte y parte refleja la incompatibilidad de que dos personajes traten de asumir un mismo papel...nada mejor que desde el principio quede claro quien es el cazador y quien es la presa.

Los ejes fundamentales de la historia se irán reelaborando a medida que pasen las décadas, así pues Ripley pasará de desconocer lo que enfrenta hasta llegar a ser parte de su enemigo(fin último del conocimiento acerca de todo eterno combate). Los androides serán cada vez mas autónomos, dejarán sus defectos mecánicos a un lado y buscarán lejos del hombre su independencia y su razón de existir, llegarán a crear y a sentir que son Dios.

El monstruo continuará en su salvaje desarrollo, buscando añadir a su estructura parasitaria y dependiente nuevos componentes que le permitan evolucionar hasta el mas excelso grado de depredación. La corporación, como gran poder oculto se autofagocitará en sus frustrados intentos por dominar esta esperanza de horror latente en el monstruo y redundará paradójicamente en un ente gubernamental de idénticas intenciones.

Así pues, la asfixia de la eternidad debe acabar, todo en el universo muere, todo es perecedero, todo termina y nada se repite. Por ello aunque Alex Ripley es un clon en el momento culminante de la historia, ya no es más la Alex Ripley que despertó en el 79 frente a miles de espectadores en
un teatro, ni la que 64 años después tendría que devastar un territorio infestado de bestias, ni la que recuperaría la vida de su enemigo en un planeta plagado de bestias humanas de peor talante a las que se había acostumbrado a calcinar. Todo cambia en el espacio, todo allí está listo para ser destruido, Ripley ya no encaja en esta hostilidad primitiva, ya trascendió el ambiente, ahora debe volver a un medio distinto, a la vida normal en la tierra...el verdadero calvario de Ripley ha dado comienzo.

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