Thursday, December 01, 2005

apostillas al Manual de Supervivencia

Día 27 de Noviembre de 2005

Como dije hace un tiempo, uno de los ejercicios que tenía suspendidos era el del manual de supervivencia universitaria y en estos días de abulia y tedio me he propuesto volver a él, claro que de a pocos y por ello lo que sigue a continuación son solo unas apostillas:

TERROR EN LAS AULAS

Uno de los lugares más atroces y que usted comenzará a despreciar paulatinamente son las aulas de clase, espacios destinados a albergar generaciones enteras de futuros profesionales fracasados como usted.

Las aulas poseen ese ambiente de tensión y crean la sensación de estar atrapado una vez que el profesor de turno opta por cerrar la puerta con la excusa sádica de que no le molesten la clase.

Salones los hay muchos pero los que se llevan el premio a lo despreciable son aquellos ubicados en los pisos más altos y en las profundidades más ignotas de los bloques donde surgen las leyendas acerca de conserjes y vigilantes que desaparecieron sin dejar rastro cuando se arriesgaron a explorarlos...lamentablemente no se conoce el primer caso de un solo profesor, sobre todo los más cuchillas, que haya desaparecido para fortuna general.

Pero la lobreguez de unos espacios no excluye que las aulas más iluminadas no posean su toque maléfico...no hay nada peor que estar en medio de un parcial mientras que desde las ventanas cercanas un grupo de badulaques se ríe de tu situación o se dedican a charlar a voz en cuello arruinando de esta forma la ya menguada concentración. De igual manera, si la clase es a las tres de la tarde, los ventanales crearán el adecuado efecto de lupa para que usted sienta como se le va tostando la piel.

En otros casos aún más aberrantes usted puede ser ubicado en un auditorio con más de cien personas..esto presenta ventajas y desventajas...la ventaja es que en un descuido del profesor usted puede salirse por atrás a fumar y tomar tinto o en el mejor de los casos correr raudo a cancelar la materia. Las desventajas son por otro lado mayores, el ejercicio antiquísimo de copiarle al compañero tiende a fallar a menos que usted porte unos binóculos pues el que tiene las respuestas SIEMPRE, óigase bien, SIEMPRE estará al menos cinco filas delante de usted. Además, si usted está charlando con su compañero de asiento el maldito eco lo delatará de inmediato.

2 comments:

Anonymous said...

El frío era lo que más me molestaba de los salones. Al exponer... no podía dejar de temblar.

Dr. Sareto said...

si, el frio de los aires acondicionados...para congelar carne humana es pavoroso