Día 10 de Noviembre de 2005
El turno es para el fiel mayordomo de Bruce
3)ALFRED PENNYWORTH:
No creo que sea atrevido afirmar que si se Bruce ha tenido un padre o una figura de él mismo, esta está vinculada estrechamente a la efigie de Alfred. Este flemático inglés que ha servido como mayordomo incluso en el palacio de Buckingham es la figura que representa el equilibrio absoluto, es el modelo que hace de Bruce un hombre que aprende a fingir y a cultivar una doble vida que no lo conflictua y de la cual logra sacar provechos más allá de los placenteros estados esquizofrénicos.
Para Alfred la vida es el servicio, pero no ve en ello algo negativo; por el contrario, sería interesante analizar a Alfred si no fuera el eterno mayordomo y asumiera otra actitud, pero por el momento veámoslo como lo que siempre ha sido y ha representado en esta historia.
La muerte de los padres de Bruce y el trauma que amenaza con nublar su temprana existencia con el velo del autismo llevan al fiel Alfred a ocupar desde el primer momento un aproximado papel paterno, tratando de llevar por cualquier medio a su disposición al joven Bruce hasta la sana interacción con el medio.
Como se ve en los sucesivos "flashback" de la historia, Alfred logra esto a medias; sin embargo no puede negarse que la titánica labor llevada a cabo por este hombre, tanto en lo educativo como lo emocional dió frutos tan aceptables como para que Bruce represente un perfecto papel de "playboy" acomodado a su medio, mientras que paralelamente se constituyera en un hombre recio, inteligente y preparado para enfrentar el "armaggedon" que es Ciudad Gótica.
El carácter impasible e imperturbable que identifica a Alfred es tal vez su mejor arma para mantener el control en una relación con alguien que necesita de una constante guía y un apoyo incondicional. Para Alfred, su amo ha trascendido el deseo de la venganza, y ello lo hace especial, lo convierte en la personificación pura de la justicia; de ahí que su atención sea constante y su cooperación con la batalla que Batman libra día a día contra el mal sea tan efectiva.
Sin embargo, siendo una persona analítica y práctica, Alfred guarda siempre el temor de que Bruce pierda el "equilibrio” psíquico que lo distingue del grueso de esquizofrénicos que combate constantemente y se convierta en lo que ataca. Es por ello que continuamente sus comentarios en torno a un caso o un problema, son refrescantes, cínicos e irónicos si se quiere; cosa que la situación de tensión se desvanezca y Bruce la asuma con total objetividad.
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