Día 06 de Febrero de 2006
Quisiera a continuación lanzar una advertencia frente a la última “superproducción” de Steven Spielberg: “Munich”. Debo decretar que para mí el otrora brillante director de cine está acabado en cuanto a la creatividad, más aún, sus ansias de figurar como sea han topado el límite que se le puede conceder a un creativo; es decir, el plagio descarado.
Munich es ante todo una película que pretende reconstruir un secreto a voces en la historia de la humanidad más reciente, la creación de un grupo anti-terrorista que durante la década de los setentas se dio a la tarea de rastrear y eliminar a los responsables del ataque terrorista a la villa olímpica en otro de aquellos tristemente célebres “onces de septiembre”.
No digo que el plagio del cineasta consista en copiarse de eventos verídicos, su abyecto crimen creativo se basa en la copia descarada de una mini-serie de los ochentas que cuenta exactamente la misma historia, si se quiere mucho mejor. Me refiero a “La espada de Gedeón”, serie que en algo más de 10 capítulos narró las vicisitudes de este grupo anti-terrorista.
De lo que pude ver del argumento y los avances me quedó clara una cosa y es que Spielberg no sólo se copió escenas y argumento tal cual la serie sino que en el colmo de la pedantería se ha resistido ha admitirlo, siendo pues esto una ofensa tanto a los creadores originales de la serie como al público que se había hecho a la idea de volver a ver a un Spielberg fresco y original.
Recuerdo con aprecio esta serie pues su construcción me permitió adentrarme en ese misterioso impulso humano denominado venganza y entenderlo en una dimensión diferente. La venganza concebida no sólo como castigo al perpetrador del mal sino también como advertencia a futuros criminales. Su relato viene como en cadena, luego de los juicios de Nüremberg y la caza a los Nazis, las fuerzas se encaminan ahora a la persecución y ERRADICACIÓN del terrorismo emergente.
Posteriores “onces de septiembre” han demostrado la vacuidad de este intento de dar ejemplo, pero como el ser humano es tozudo por naturaleza, la lucha parece ser eterna e inacabable y siempre hay algún fanático obtuso empeñado en repetir la misma historia sangrienta.
Pero volviendo al caso de Spielberg, me duele en mi alma de antiguo fanático de su estilo verlo recurrir a estos trucos baratos para tratar de recuperar esa imagen de cineasta maduro alcanzada en “La lista de Schindler”. Me quedo pues con “La espada de Gedeón” como obra de reconstrucción histórica y me reservo el derecho de asistir a este intento fallido de un director acabado y dominado por su prepotencia.
1 comment:
Pues no me importa decírselo Doc, a ud que es un super erudito en el cine y yo soy una lego completa, pero yo me ví Munich y a mí me gustó, y pues como yo no sé nada de los 80's pues no conozco esa serie de la que ud tanto habla, o sea que de malas. Yo me la ví y me la gocé, y como dice miss k, todas las pelis tienen algo que dejarle a uno.
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