Sunday, January 01, 2006

Doctor Comic Returns

Día 01 de Enero de 2006

La siguiente es la primera crónica del nuevo año cortesía de uno de los corresponsales del Doc en la afamada feria de Cali versión 2005. Tiene la palabra Conan el bárbaro:


“ Llegué en mi montura después de tres días con sus noches a las inmediaciones del villorrio conocido como Cali donde se suponía encontraría sosiego de mis aventuras paseando por las calles con mi corcel.

Poco faltó para que arrancara la cabeza de un par de lacayos del rey ciego y mestizo de la ciudadela cuando me exigieron el pago de tres piezas de oro para poder ingresar en la cabalgata. Al ver que los soldados de Corfecali se aprestaban a tomar sus espadas decidí tranzar mi pago trabajando como mercenario.

Entonces me encontré escoltando a una de las beldades del evento atrapado entre una aglomeración de caballos que me recordaba las hecatombes realizadas a Crom en mi lejana tierra. Por fín, luego de soportar el apestoso aliento de jinetes ebrios con un exótico líquido llamado güaro, se inició el desfile.

Por las barbas del rey Yidiz!, fue casi en un parpadeo que de la multitud comenzaron a aparecer extraños seres cabezones usando unas gorras más pequeñas que sus cabezas y echaron gruesas cantidades de viscosa espuma en jinetes y caballos. Algunos ebrios enfilaron sus monturas hacia el público haciendo alarde de poder y fue cuando las navajas comenzaron a cortar carnes humanas y animales.

Viendo el caos que iniciaron dos feroces razas que habitan esta aldea, algunos jinetes conocidos por estas tierras como traquetos y algunos concurrentes conocidos como parces, decidí abrirme paso con mi afilada espada ¡por Crom que hoy no caería el cimerio a manos de estos infelices!

Luego de cortar algunas gargantas y pasado el peligro me dirigí con la beldad llena de espuma a la tarima donde iban a elegir a la nueva reina, de repente, la raza de los parces tuvo un feroz acceso de alegría y varios de los fulanos subieron con las peores intenciones para arrancar los ropajes de las beldades...de nuevo mi acero afilado se hizo escuchar en esta infernal reyerta.


La noche fue más tranquila, mientras contemplaba el cielo estrellado pude escuchar las rechiflas de muchos aldeanos enojados porque los artistas invitados a los conciertos no llegaron...aquí hubo una pelea muy entretenida pero no se precisó de mi acero para poner el orden.

Los lores de Corfecali avalaron mi desempeño como guerrero pero me pareció extraño que ante los escribas de los diarios locales dijeran que nada había pasado, después de la hecatombe de caballos y de que tuve que ir con algunos mercenarios a recuperar unos caballos robados en el lugar más olvidado de la ciudadela de nombre Aguablanca...esto me pareció indigno de tales señores de la ley...pero bueno, al fin y al cabo me esperaba mucho vino, oro y mujeres prometidos.

El último día de la feria tuve que enfrentar la multitud de la raza parce que quería ingresar sin pagar las monedas de oro al concierto y también tuve que frenar la avanzada de la raza de los traquetos y sus narcocarruajes en la plaza de toros.

Bueno, pero al final solo salí perdiendo, pues cuando fui a cobrar lo prometido, los lores de Corfecali me dijeron que el rey mestizo y ciego no me daría recompensa pues no “se había visto mi desempeño”...

Me alejo ya de la perversa Cali en pos de aventuras más rentables y por Crom!, más civilizadas”.



4 comments:

Anonymous said...

Hey, excelente narración. Que historia Dr. Sareto. Gracias por su visita a mi cuadra.

Saudade said...

Excelente, fiel descripción de lo que pasó en la feria de cali...

Dr. Sareto said...

gracias, pero todo se lo debo a Conan el bàrbaro, su visiòn se ajusta al desastre que fue aquello

Julián Pantoja said...

Excelente post, lamento mucho que Conan haya tenido que ver semejante barbaridad. Mis mas sinceras disculpas con él, dígale que no todos los caleños son así.