Saturday, June 30, 2007

HP (tercera parte)

30 de Junio de 2007

Hay algo que resulta extraño y bastante sospechoso en el HP y eso es, su manera de vestir. Este extraño fenómeno se percibe más en los varones...y es que definirlos con esta palabra ya resulta confuso. Como someramente describí en el post pasado, a continuación las tres clases a saber en cuanto al vestuario del HP:

1. El parce: este tipo de individuo es de lo más común y silvestre dentro del universo HP. El personaje porta invariablemente la siguiente indumentaria; chanclas, bermudas multicolores, camiseta larga que en muchos casos son rosadas o fucsias, gorra y nada más...curioso que uno nunca se percate donde diablos cargan todas aquellas cosas tecnológicas que les ayudan a autoafirmarse.

Este gremio tan grueso de la comunidad HP es el más extraño debido al absurdo intento por lucir igual o peor que cualquier pelao raponero o consumidor de basuco tan común en la olla urbana. Si uno sacara a este HP insulso de su medio y lo trasladara a Siloé o Aguablanca pasaría absolutamente desapercibido, amén de que el HP sentiría que el corazón le da un vuelco y se orinaría en las bermudas del susto.

NOTA: el HP en general siente infinito pavor hacia los jóvenes de bajo estrato pero en un acto atribuible al inconsciente Freudiano exteriorizan su miedo en una réplica fallida del mismo.

2. El golfista: tipo execrable por demás, parece que viniera de Wimbbledon o de asistir a un partido de golf en el Country de ese pelmazo que ya me sabe a cacho: Camilo Villegas (creo que se llama así, o sino, pues tampoco es que me importe mucho).

Este tipo de HP viste con todo lo de marca, el problema es que carece de las nociones básicas de gusto y combinación de ropa. Como dije anteriormente es común ver fulanos con chaqueta de paño y sin camisa, o con zapatos de cuero y sin medias. En un intento de anarquía HP, el zoquete envuelve en su cabeza todos los conceptos de la moda y escupe en su atuendo una crítica a su entorno que solo él entiende. Tal comportamiento se define en un término extraído del Medical Psychiatrist Journal como: Snob.

Término que yo traduciría al castellano como: Ridiculez, o mejor, chabacanería. Pues es ya un hecho que el grueso de HPs no pertenecen a las clases de mayor cultura y alcurnia, el HP domina varios estratos y se asoma con furia desde las clases emergentes desde hace años.

3. El porteño: este caso en particular debería ser motivo de interés científico por parte de nuestros genetistas locales. Me pregunto como es posible que de la noche a la mañana pasáramos de ser un grupo de criollos, mestizos, zambos y mulatos para saltar en solo una generación a un grupo humano de fulanos con pieles perfectas, narices estiradas y perfiles aquilinos. Sospecho demasiado que la genética del colombiano haya dado semejante paso evolutivo, más bien opto por pensar en diversos maquillajes, afeites, tratamientos faciales, mascarillas y demás que estos señores han usufructuado al género femenino para luchar por la convicción social que se ha impuesto: ser lindo a toda costa.

Cuando uno los ve desfilar por diversos centros comerciales parece que estuviéramos siendo invadidos por una horda de argentinos que miran con perplejidad el entorno y se preguntan: ¡sshé, pero que hago entre tanto indio, si sho no soy de acá!

Asómbrense pero con estos ojos vi una vez a un grupo de mequetrefes de estos echándose base y pestañina en un baño...no hay pues cambio genético, hay cambio de roles y de género....ya no me sorprende entonces el continuo uso y abuso de las camisetas rosadas y fucsias...ya no me cabe duda de que no nos invade una horda de argentinos, nos invade una horda de fementidos.

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