Todo comenzó hace unos 26 años, cuando el entonces inocente y cándido Doc ni siquiera sospechaba los caminos que la vida le depararía, un buen día este escuálido niño quedó petrificado ante una historieta que con el desdén propio del buen seductor aparecía en la vitrina de un almacén y a partir de ese instante su vida cambió para siempre.
La identidad del primer cómic del Doc sigue siendo un misterio hasta para el mismo, recientes estudios y entrevistas a familiares confirman que bien pudo ser un especial de 64 páginas de las aventuras de Tio Rico McPato, del cual aún reposan algunos fragmentos en la cámara hiperbárica de su Santuario.
El uso de razón me permite confirmar que tan solo las imágenes fueron suficientes para captar mi atención de una vez y por el resto de mi vida y a partir de allí la compulsión por ver más y más ilustraciones no ha disminuido un ápice. En los inicios de los 80’s el cómic era un artículo casi obligado de los almacenes y librerías, de ahí que el acceso era fácil y hasta económico.
El Doc comenzó sus pinitos en la lectura de la imagen con las revistas de Editorial Novaro (hoy desaparecida) y el mundo superheroico le fue entregado de la mano de Tarzán, El Llanero Solitario, Superman, Batman, Linterna Verde, Flash y la JLA en general. Las revistas se editaban semanalmente y no quiero ni pensar lo que gastó mi madre para que su frenético hijo tuviera al menos acceso a un ejemplar de tal ordalía editorial cada semana.
Los cómics comenzaron a acumularse con comodidad en la habitación, la vida y el corazón del Doc y fue en las épocas de conocer el abecedario que apareció la saga que marcó el ascenso al siguiente nivel, el de gozar no solo la imagen sino también las historias narradas: Kalimán fue quien abrió la puerta y un sinnúmero de aventuras pusieron a volar la imaginación del Doc a otros países y civilizaciones.
Editora Cinco legó varias sagas de cómic, a saber: Arandú, Orión, Kendor, El Fugitivo, Águila Solitaria, Starman y muchos otros, pero Kalimán fue quizás el mayor estimulante que tuvo el Doc para alcanzar a la temprana edad de 13 años su grado de Comicólogo.
(vemos en la imagen a la joven promesa de la Comicología recibiendo su título de manos de Kalimán en ceremonia adelantada a puerta cerrada en el monasterio tibetano de Lhasa)
Contando ya con su cartón el Doc se entregó a numerosos estudios y volvió a retomar sus abandonados cómics de Superman y Batman con miras a iniciar un postgrado. En esos años hicieron su aparición en las librería los cómics gringos con un auge que el Doc aún extraña.
En esta nueva etapa de estudios el Doc y su primo El Cabo Bardamu se entregaron a la adquisición ocasional de cómics pertenecientes a las grandes compañías americanas: DC y Marvel. Llegó la nueva época de Spiderman, X-men y Avengers, en cuyas páginas en inglés estos dos inquietos legos no encontraron ningún limitante para quedar atrapados por las historias.
El comienzo de los noventas trajo consigo grandes satisfacciones al Doc quien se sumergió con entrega en estos nuevos conocimientos, llegando incluso a sacrificar helados y buses para reunir el dinero que le permitiera continuar su proceso académico. Tales sacrificios serían pues recompensados a finales de los noventas cuando luego de concretar una farragosa pero muy completa tesis titulada: “acerca de las variantes del traje de Batman y los fragmentos perdidos en la vida de Wolverine”, el Doc alcanzó su postgrado en Estudios Comicológicos Avanzados.
(en la imagen se aprecia al Doc con traje de Ala Nocturna recibiendo su título de manos de Batman en el Comic College of Gotham City)
A mediados de los 90’s hicieron su aparición los primeros ejemplares de Editorial Vid, encargada de traducir y reeditar toda suerte de cómics nuevos y clásicos. Fue este el paso definitivo para que el Doc abandonara su año sabático y se diera a la tarea de iniciar un paso más en su ya brillante carrera académica.
Hacia el año 2001 el Doc alcanzaría su Master en Altos Estudios Comicológicos luego de memorizar las identidades, poderes y relaciones familiares y sentimentales de todos los X-men. La presión fue muy grande pues entre los evaluadores se encontraban el Profesor X y Magneto. La conclusión al final de la extenuante jornada fue unánime: El Doc había alcanzado el Master Marvel, más conocido como Martel (algunos lo suelen confundir con Miercolel pero ese título se entrega en la categoría de Altos Estudios Coprológicos)
(en la imagen, el Doc, con evidentes señales de agotamiento recibe el diploma y la medalla con el rubí de Citorak de manos de Juggernaut...momentos después la mano del Doc sería enyesada)
Vino entonces un momento crítico tanto para el Doc como para la comunidad comiqueril en general. De buenas a primeras estalló la ya célebre gran depresión del cómic y los títulos que antes inundaban las librerías desaparecieron a una velocidad alarmante...el motivo, el aumento de los aranceles para la importación de cómics. Durante los siguientes tres años el Doc sostuvo una apretada agenda y viajes al exterior junto con un comité de comiqueros ofendidos tratando inútilmente de encontrar una salida a la problemática.
Este periodo de crisis sirvió para que varios sectores volvieran la mirada a las proféticas palabras del Doc hechas meses atrás acerca de la importancia de crear una industria nacional del cómic...estos sectores volvieron la mirada pero para otro lado pues las cosas siguieron en las mismas.
Pero el Doc no ceja en su búsqueda de conocimientos y hacia finales del 2003 logra dar con un sitio al que llegaban cómics de segunda y al que cariñosamente bautiza como “roto”. En este paradisíaco lugar el Doc procura aumentar sus saberes y disminuir sus haberes con una clara meta trazada, alcanzar su Doctorado con una inmensa adquisición de revistas de la extinta Editorial Novaro y otras muchas sorpresas que le darían el bagaje definitivo. Exactamente hace un año el sueño se cumple cuando alcanza su Doctorado en una apretada final donde concursan Comicólogos de varios países.
(en la imagen el Doc disfrazado de “La Sombra” recibe su título de manos o capa (nunca quedó claro) de Spawn en ceremonia llevada a cabo en las instalaciones de La Escuela para Jóvenes Dotados del Profesor X)
Nace pues el espacio virtual del Doc y con ello nuevos retos para el joven académico quien luego de nutrirse con recientes adquisiones de cómics bajados por Internet ve alcanzadas sus metas al serle otorgados en esta fecha dos títulos que lo llenan de satisfacción y alegría. El primero es el Honoris Causa en Estudios y difusión del conocimiento cómic emitido por la Real Academia Comicológica de Metrópolis y el segundo y más importante: El título de P.h.d en el Noveno Arte que entregan cada cinco años la Liga de la Justicia de América en asocio con los Avengers West Coast.
Debido a estos recientes acontecimientos es que a partir de ahora este espacio se llamará:
Doctor Comic (P.h.d)
Bueno…se llamará así cuando este despistado académico descubra como carajos es que se cambia el título del blog...la página se seguirá llamando igual pues la incompetencia del Doc en los ámbitos de la plantilla es mayúscula. De ahora en adelante las miras están puestas en el galardón definitivo y solo el tiempo dirá si la meteórica carrera del Doc le permite alcanzar el codiciado Nobel en el Noveno Arte.
1 comment:
Si, buenas. Para saludar y decir que es una cosa poderosa esa de la adicción al cómic. Y que bueno que tenga formas de posesión.
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