Caótico Doctor

Día 16 de Abril de 2006

Algo acerca de una de las teorías que más me traman de la física actual: la teoría del caos.

Las fuerzas de la naturaleza se comportan de forma aparentemente azarosa para el común de los mortales, sin embargo, todo ese azar al que hemos dado diversos nombres tales como “destino”, “suerte”, “azar”, “chiripa”, “deja vú”, etc...obedecerían a una conjunción de eventos más allá de lo que la lógica humana puede abarcar.

El caos resulta obedecer pues a un orden tan abstracto que no alcanzamos a percibir, un ejemplo que se usa mucho para intentar plasmar este orden es de una mariposa que muere en Oklahoma y cuya muerte desata una lluvia Lima (Perú).

La cosa suena casi mágica, pero que es pues la magia sino un orden que escapa a lo que percibimos, lo importante para el mago es conocer el cómo se hace la cosa, dominar y controlar su realización y ser el único que sabe el método. Así pues la naturaleza actúa en planos que escapan a nuestra percepción y el intrincado tejido de eventos se dan en un orden sistemático y preestablecido que solo ella conoce.

Develar ese orden natural es un reto, pues como buen mago, la naturaleza no está dada a revelar sus trucos. Somos pues espectadores de lo asombroso y en muchas ocasiones ni siquiera nos damos plena cuenta del funcionamiento de dicho caos.

A la sazón debo reconocer que ese extraño orden de eventos, ese aparente absurdo donde las probabilidades se invierten y los eventos más insospechados terminan por ocurrir me resulta algo casi mágico, así pues ante este golpe del azar vale la pena prestar atención, pues como buen juego de azar el caos no es lineal ni en el tiempo ni en el espacio y de repente algo aparece en tu vida, algo en apariencia absurdo pero que te remite a eventos previos y quizás a eventos que aún no ocurren.

Aquí y ahora el Doc encuentra en esta teoría del caos la explicación más cercana a lo que vive en el presente...y ante esa absurda y pedante concepción humana que dice que “uno es dueño de su propio destino” no me queda más que lanzar una sonora carcajada al estilo del Joker, carcajada que quizás resuene paralela con la del caos que rige nuestras vidas...aunque nos neguemos a aceptarlo, aunque nos empeñemos en contradecirlo con nuestros vanos intentos por gobernar el curso de nuestras vidas.