Monday, March 20, 2006

LOST

Como su nombre lo indica, el Doc ha estado perdido unos buenos días a causa de esta nueva serie gringa tan malditamente bien hecha. La carencia de cable no me ha impedido pues comenzar a caer en la trama de Lost. Gracias a un fanático de la serie he tenido en estos días la dicha de contar con la primera temporada en DVD y agradezco en el alma este balsámico obsequio pues ya me hacía falta recuperar las riendas del teleadicto que siempre ha anidado en mi.

Pero este post no es una crónica de la susodicha serie ni mucho menos...solo la menciono para justificar este breve retiro monástico. El principal motivo de este post resulta ser de nuevo la reflexión acerca de la libertad de expresión que en mi caso particular he visto viciada recientemente por aquellos que persisten en malograrse publicando comentarios soeces y amenazantes.

Debo reconocer que al principio me sentí muy ofendido por los ataques contra mi persona y mis comentarios, pero sinceramente a estas alturas me resultan hasta simpáticos estos sucesos. Y no es que tales ataques alimenten alguna faceta sado-masoquista de mi personalidad, no, son más bien situaciones que deben ser pensadas como coyuntura, como inquietantes paradojas.

En tal carácter me han surgido interrogantes que no solo tienen que ver con mi caso en especial, sino con el de todo blogger que llegado el momento deba afrontar similares situaciones. Estos insólitos villanos de la web que ya poseen hasta nombre propio (Trolls) se me antojan dignos de estudio.


EL INSÓLITO CASO DEL TROLL DEL DOC

En primer lugar hay que señalar que el Troll parece buscar con ansias la generación de malestar e inconformidad en la víctima, al igual que un Hacker busca generar caos en la red global. El Troll se vale pues de las más agresivas afrentas para sacudir al blogger y crear tal vez un momento de pánico y desequilibrio con la meta (quizás) de que la víctima se intimide y cierre su espacio. Podría entonces especular e imaginarme que el Troll forma grupo con otros como él para narrar sus hazañas de ser el causante del cierre de tal o cual blog o página de Internet, e incluso llevar marcas de sitios que se cerraron por su culpa.

Este discernimiento explicaría el hecho de que el Troll acceda una y otra vez al mismo espacio y escupa sus insultos acerca de un sitio web que en últimas podría dejar de visitar si no es de su agrado. En condiciones normales un cibernauta hace esto sin siquiera manifestar su inconformidad con lo que ve...sencillamente no accede más al sitio de su disgusto y asunto concluido.

La motivación del Troll es entonces específica; su carencia de conocimientos técnicos como los del Hacker le impide destruir las páginas por gusto y es entonces que se vale de un arma que en algunos casos puede ser bastante eficaz: el poder de la intimidación verbal.

Me resulta de todos modos valiosa la intervención del Troll en determinadas situaciones; como por ejemplo la estimulación de lo polémico, cosa que lleva a otros lectores ha manifestarse en pro o en contra de sus comentarios, beneficiando en este proceso la intervención de los lectores quienes pasan de ser simples espectadores para convertirse en participantes activos de lo que ocurre, amén del auge que esto puede traer en cuanto a las visitas de la página atacada.

Las malas noticias corren a mayor velocidad que las buenas y el hecho de que el Troll aparezca estimula un mayor ingreso de nuevos visitantes curiosos por saber el motivo de tal o cual ataque. Nótese en mi caso particular que en menos de una semana tuve un incremento en visitas mayor a lo usual (de un promedio de 50 visitas semanales la tasa se elevó a 100).

Tal vez sea menester entonces recibir con beneplácito al Troll y esperar hasta que se agote su artillería y definitivamente opte por redirigir sus baterías hacia otro descuidado blogger. Ante el Troll será menester entonces asumir una posición estoica; y si se quiere, darle un pequeño aliciente para explotar su potencial si se dan casos como en el mío, donde el agotamiento a la hora de escribir se ve nuevamente estimulado con la excusa de la defensa...y quizás del análisis de la situación.

Un saludo pues al insólito Troll del Doc...tu intento fue bueno, pero este sitio se mantiene, así que bien puedes buscar el “next blog” y continuar tu ejercicio lúdico, tal vez tengas mejor suerte.

5 comments:

BellavistaClubSocial said...

Aquí te dejo unas buenas paginas sobre Lost que por cierto esta buenisima su segunda temporada...si queres guardar el misterio e irte enterando poco a poco de lo que pasa en la isla...no los leas.
Suerte


http://www.megaupload.com/es/?d=G9KQLK7Z

http://www.lacoctelera.com/manurhill/posts

http://www.microsiervos.com/archivo/peliculas-tv/perdidos-lost-temporada-2.html

Unknown said...

esta es una de las series que todo el mundo comenta, y que he tratado de seguir pero siempre se me olvida y le pierdo el hilo, eso adicionado con el raye de ver a la protagonista "Evangeline Lilly" que me parecía muy pero muy bonita y luego tenga, entrevista en vivo y en directo y me he pegado una desinflada con la muchacha la tenaz.

Creo que dejo esta serie para placeres fuera de onda, es decir, cuand ya sean de colección, ahí seguro me la encontraré hasta en la sopa y podre ver capitulos aleatorios para perderme en la trama.

saludos

(no le den de comer al pescad) ;)

Bailarina said...

No sé qué me parece más indignante: si los comentarios agresivos y soeces del troll, o el hecho de que ni siquiera tenga personalidad y se valga de los anónimos para eso.

Anonymous said...

Cómo? El troll viene al asado? Señor anónimo, si va, no se le olvide llevar aguardientico que seguro va a hacer falta. Y lleve todos los amigos imaginarios que quiera que será bienvenido. Por cierto doc, y perdone usted lo metido, pero no sería interesante abrir un espacio solamente dedicado a este siniestro personajillo? Podría llamarse el Trlog, en donde todos sus lectores, y usted por supuesto, realizamos una reconstrucción hipotética de la biografía del troll. Por ejemplo, del ominoso día que se comió un brownie sin saber que tenía marihuana. Me lo imagino volviendo a casa en un
colectivo lleno de gente, todo paranoico de que su madrecita supiera que estaba en tan pecaminoso estado. Lo único que de ese momento tiene memoria es la patada que le dió a su mascota Chispi, un pinscher con los ojos resalidos y que ladraba con una frecuencia sistole-diastólica.

Julián Pantoja said...

buen analisis del "trollismo", me recuerda cuando usted fue el troll de mi blog, de pronto se identifica.